Pazuzu
Pazuzu
es el rey de los demonios del viento, hijo del dios Hanbi, en la mitología
sumeria, asiria y acadia. Para los sumerios, también representaba el viento del
suroeste, que traía las tormentas, y también el portador de la peste y las
plagas, del delirio y de la fiebre.
Se
le suele representar con cuerpo de hombre, cabeza de león o perro, cuernos de
cabra en la frente, garras de ave en vez de pies, dos pares de alas de águila,
cola de escorpión y pene con forma de serpiente. También se suele mostrar con
la palma de la mano derecha hacia arriba, y la izquierda hacia abajo. Esta
posición de las manos simboliza la vida y la muerte, o la creación y la
destrucción.
En
la antigua civilización sumeria Pazuzu era uno de los Siete Demonios Malvados,
y era invocado para que hiciera volver a los infiernos a otros demonios
malvados. A pesar de ser Pazuzu en principio un ser maligno, no era del todo
hostil al hombre, pues su imagen se usaba en amuletos para rechazar a su
consorte y enemiga Lamashtu, un demonio femenino que se alimentaba de recién
nacidos y sus madres. Este amuleto se colocaba tanto en la madre, llevándolo al
cuello, como en el niño, mientras que otros más grandes se colocaban sobre
ellos en una pared.
Lamashtu
Lamashtu
(Lamaštu) o Labartu (nombres acadios), llamada también Dimme (en la mitología
sumeria) era un demonio femenino en la mitología de los pueblos mesopotámicos.
Era un demonio especialmente maligno, y por tanto muy temido.
Se
le representaba con cuerpo peludo, cabeza de leona (a veces de pájaro) con
orejas dientes de burro, largos dedos con uñas también largas, y patas de
pájaro con garras afiladas. A menudo se muestra montando un burro y amamantando
un perro con el pecho derecho y un cerdo (a veces, otro perro) con el
izquierdo, mientras sostiene serpientes bicéfalas en ambas manos.
Se
alimentaba de niños lactantes, a los que raptaba mientras dormían sus madres
para comerse su carne y beberse su sangre. También era responsable de los
abortos, que provocaba tocando siete veces el vientre de la madre gestante, y
de la muerte de los niños en la cuna. También eran sus potenciales víctimas las
madres y, ocasionalmente, hombres adultos a los que devoraba.
Era
hija del dios An, y muy poderosa también por derecho propio. El único ser capaz
de actuar contra ella era Pazuzu, su consorte. Por ello, para evitar su ataque,
en los niños recién nacidos y en sus madres se colocaban amuletos con la imagen
de Pazuzu.
Los hijos del demonio
Las
pestes, como se les llama a estos demonios, hijos de Pazuzu y Lamashtu, son
diablos menores que suelen perder a los caminantes entre los desiertos, y
llevarlos a las guaridas de los monstruos para que sean devorados.
Traen
además muerte, plagas, y enfermedades a los pueblos.
Pueden
ser eliminados con armas mortales, pero hay que tener cuidado, pues son muy
astutos y despiadados.
A
sus padres solo pueden matarles con armas sagradas.