viernes, 2 de agosto de 2013

Pazuzu y Lamashtu



Pazuzu


Pazuzu es el rey de los demonios del viento, hijo del dios Hanbi, en la mitología sumeria, asiria y acadia. Para los sumerios, también representaba el viento del suroeste, que traía las tormentas, y también el portador de la peste y las plagas, del delirio y de la fiebre.

Se le suele representar con cuerpo de hombre, cabeza de león o perro, cuernos de cabra en la frente, garras de ave en vez de pies, dos pares de alas de águila, cola de escorpión y pene con forma de serpiente. También se suele mostrar con la palma de la mano derecha hacia arriba, y la izquierda hacia abajo. Esta posición de las manos simboliza la vida y la muerte, o la creación y la destrucción.

En la antigua civilización sumeria Pazuzu era uno de los Siete Demonios Malvados, y era invocado para que hiciera volver a los infiernos a otros demonios malvados. A pesar de ser Pazuzu en principio un ser maligno, no era del todo hostil al hombre, pues su imagen se usaba en amuletos para rechazar a su consorte y enemiga Lamashtu, un demonio femenino que se alimentaba de recién nacidos y sus madres. Este amuleto se colocaba tanto en la madre, llevándolo al cuello, como en el niño, mientras que otros más grandes se colocaban sobre ellos en una pared.

Lamashtu

Lamashtu (Lamaštu) o Labartu (nombres acadios), llamada también Dimme (en la mitología sumeria) era un demonio femenino en la mitología de los pueblos mesopotámicos. Era un demonio especialmente maligno, y por tanto muy temido.

Se le representaba con cuerpo peludo, cabeza de leona (a veces de pájaro) con orejas dientes de burro, largos dedos con uñas también largas, y patas de pájaro con garras afiladas. A menudo se muestra montando un burro y amamantando un perro con el pecho derecho y un cerdo (a veces, otro perro) con el izquierdo, mientras sostiene serpientes bicéfalas en ambas manos.

Se alimentaba de niños lactantes, a los que raptaba mientras dormían sus madres para comerse su carne y beberse su sangre. También era responsable de los abortos, que provocaba tocando siete veces el vientre de la madre gestante, y de la muerte de los niños en la cuna. También eran sus potenciales víctimas las madres y, ocasionalmente, hombres adultos a los que devoraba.

Era hija del dios An, y muy poderosa también por derecho propio. El único ser capaz de actuar contra ella era Pazuzu, su consorte. Por ello, para evitar su ataque, en los niños recién nacidos y en sus madres se colocaban amuletos con la imagen de Pazuzu.


Los hijos del demonio

Las pestes, como se les llama a estos demonios, hijos de Pazuzu y Lamashtu, son diablos menores que suelen perder a los caminantes entre los desiertos, y llevarlos a las guaridas de los monstruos para que sean devorados.

Traen además muerte, plagas, y enfermedades a los pueblos.

Pueden ser eliminados con armas mortales, pero hay que tener cuidado, pues son muy astutos y despiadados.


A sus padres solo pueden matarles con armas sagradas.

1 comentario:

  1. Lo tengo de protector advocando la vida con su palma derecha. Pero no se si pida ofrendas

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