Se alimentan de las pesadillas y
usualmente la gente les confunde con seres benévolos que brindan un sueño
tranquilo y alivio de las penas del día a cambio de un pequeño pago, la
amistad.
No piden ofrendas o sacrificios, pero es
allí donde radica su peligrosidad.
Devoran tus miedos, y tus anhelos, para
luego utilizarlos en tu contra, y alimentar el odio, el temor, y cualquier
sentimiento negativo en tu persona, mismo que esconderán al llegar la noche,
sumiéndote de nuevo en el sueño de los condenados, aislándote poco a poco de tu
mundo, hasta que te vuelvas su títere, su cuerpo en este mundo.
Y cuando no pueden volverte su esclavo,
cuando no les aceptas, estos seres tan mezquinos acuden a los lechos de la
gente para susurrarles insidias a los oídos y plagar sus mentes de pesadillas
que olvidaran al día siguiente, pero que menguaran poco a poco la vida de su
víctima.
No puede dárseles muerte al ser seres
inmateriales, pero hay conjuros que los mantienen a raya, o que los alejan para
siempre de una persona, como la siguiente.
“Deus
servo mihi. Tutela meus viscus ex vulnere, tutela meus animus ex malum.Contego
mihi ex hostium.”
Esta oración debe rezarse antes de
dormir, y al despertarse durante siete días y mantendrá al Nybbas alejado para
siempre.
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