martes, 30 de julio de 2013

Escritos para cazadores: Momias

A diferencia de los cadáveres embalsamados del antiguo Egipto, estas momias no están completamente muertas, son cadáveres reanimados por algún conjuro antiguo y macabro, sus espíritus son vengativos y despiadados, pero justo en cierta manera.

Una momia  y su maldición son siempre creadas para proteger algún tesoro, una tumba, un objeto, algo que se supone debe quedarse en su sitio, y que en caso contrario, la momia luchara eternamente para que vuelva a estar en su lugar.

El proceso de momificación consiste en el mantenimiento del cuerpo evitando su descomposición y, puede ser natural; si cadáver se ha conservado en una atmósfera enrarecida, por ejemplo, en un denso pantano, o artificial; si el cadáver se ha conservado a través de pócimas y ungüentos mágicos.
El proceso de reanimación de la momia es celosamente guardado por sacerdotes y chamanes que dan culto a oscuros dioses del desierto.

La momia resultante suele estar totalmente envuelta en vendajes funerarios que cubren un cuerpo reseco y de color oscuro, de hecho, la palabra momia viene del persa mummia, que significa betún.

Durante los rituales de reanimación la momia queda ligada a una determinada tumba o templo, que protegerá de por vida, y sus acciones son dirigidas por los espíritus y energías mágicas empleados durante dicho ritual. Las momias son, pues, las eternas vigilantes de tumbas.

Son fuertes y aptas para luchar cuerpo a cuerpo pero sus movimientos son muy lentos ya que los procesos de momificación aumentan la rigidez de su cuerpo. Sin embargo, su determinación a la hora de defender su territorio hace que los ladrones de tumbas se lo piensen bien antes de enfrentarse a la eficaz momia.

Además, al ser muertos vivientes son inmunes al dolor, a las enfermedades y a los venenos, por no mencionar el hecho de que además, y a diferencia del zombi por infección, si es mutilada, o decapitada, la momia puede seguir su existencia, y persiguiendo a su presa.

Solo hay dos formas de acabar con una momia, quemándola, o destruyendo el hechizo que le trajo al mundo.


Aunque también puedes probar por devolver a su lugar cualquier cosa que haya hecho que se despertara.

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